Un diagnóstico de cáncer a los 36 años hizo del 2015 un largo año de exploración personal, lleno de instantes introspectivos que necesité plasmar a través de imágenes.
La fotografía me proporcionó un espacio y un tiempo de libre expresión, y un registro tangible de ese sentir mi experiencia vital de enfermedad.
Autorretratos e imágenes del medio natural componen esta autobiografía emocional.
¿Por qué la naturaleza? Porque es volver a la tierra, volver a la madre que acoge y transmite paz. Porque de ella salen los tratamientos farmacológicos que te intoxican pero que a la par ayudan a tu recuperación. Porque le tomé prestada la fuerza y la energía necesaria para seguir adelante durante el prolongado tratamiento oncológico. Y porque creo firmemente en su poder regenerador.
Sin Naturaleza no somos.